PINTURAS, LIENZOS Y DIBUJOS
Pinturas, lienzos y dibujos siempre he vivido rodeada de ellas, ya sean de retablos románicos, de góticos, de pintores del renacimiento, de pintores impresionistas. En casa era de lo más lógico que hubiera un Anglada o un Mir. Mi abuelo y mi padre eran restauradores de obras de arte. Los clientes les traían verdaderas obras para que les diesen el acabado que habían perdido. El taller estaba siempre lleno de maravillas. Mis amigos cuando venian a verme quedaban fascinados por todo. El olor de los barnices, las colas, los retablos, los muebles, incluso las telarañas que colgaban del altisimo techo.
Ya desde muy pequeña los domingos al atardecer, en casa, mientras escuchábamos la radio, mi hermana y yo pintábamos. Por la mañana si íbamos a algún castillo para visitar a algún cliente, o a un museo, por la tarde recreábamos con nuestra imaginación las cosa que habíamos visto. O unos cuadros impresionantes pintados por algún genial pintor que nos habían cautivado. Teniamos unos álbumes de dibujo muy grandes que nuestro padre nos había comprado. Aun tengo estos álbumes y me encanta mirarlos y reseguir los dibujos pintados por los lápices Caran d’Ache que un cliente de mi padre trajo de Suiza.
IMAGENES SOBRE LIENZOS y DIBUJOS SOBRE PAPEL
Esta afición a pintar la llevo muy adentro. En el taller cuando tengo que describir alguna referencia de alguna pieza, la dibujo, para mi es muy fácil. Y tanto es así que cuando viajo no puedo dejar los pinceles ni las acuarelas en casa, es como si me dejara la ropa o el cepillo de dientes. Si no los llevo, al llegar al sitio de destino, tengo que encontrar una tienda desesperadamente para adquirir pinturas, pinceles y blogs de dibujo.
Cuando viajo generalmente tengo un cuaderno donde escribo, dibujo y pinto mis impresiones. Cuando llego a casa con el tiempo reproduzco en lienzos lo que viví.
Las pinturas que presento van por colecciones, de épocas y de temas.